

Hasta que, en 2000, organizó junto con el crítico y comisario de arte Feng Boyi una controvertida exposición en Shanghai, titulada Fuck-off, Ai no era muy conocido. La muestra, repleta de obras provocadoras, fue clausurada por la policía, y la popularidad de Ai se disparó. Algunos de sus críticos dicen que éste era su objetivo. Otros le han tachado de hacer a menudo un arte basado en golpes de efecto simplistas contra el poder. Y otros de que la deconstrucción de muebles chinos la efectuaron antes otros artistas. En 2004, tuvo su primera exposición en Suiza.
En paralelo, Ai Weiwei ha desarrollado su faceta como arquitecto. Diseñó una de las primeras galerías de arte moderno en Pekín y, en 1999, construyó el estudio en el que vive. "A partir de ese momento, me impliqué cada vez más en la arquitectura, y he hecho 50 o 60 proyectos. La arquitectura te permite interaccionar con tu entorno, plantearte quién eres".
Su fama en este campo le llevó a colaborar con el estudio suizo Herzog & De Meuron, encargado de construir el estadio nacional de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Ai diseñó una estructura intrincada, que se convertiría en el llamado Nido de pájaro. Un trabajo del que se muestra orgulloso, pero del que un año antes de que comenzaran los Juegos rechazó la utilización que estaba haciendo el Gobierno como elemento de propaganda del Partido Comunista. "Pensé que los Juegos y diseñar el estadio eran una buena oportunidad para mostrar al mundo que China quiere cambiar de forma sincera su historia. Pero tratando con esos burócratas me di cuenta de que los Juegos no iban a ser un momento de celebración sino un viejo juego de propaganda. Esto me entristeció mucho, y anuncié que no quería tener nada que ver con ellos
[y que no asistiría a la inauguración]". "Los Juegos Olímpicos no fueron más que una sonrisa simulada, algo totalmente vacío. Fueron un ejemplo extremo de una sociedad falsa y totalitaria contemporánea. Muestran la timidez del Gobierno, lo asustado que está, el miedo que tiene a enseñar los problemas, la verdad".
Para Ai Weiwei, ser artista hoy en China tiene un significado especial. "Me expone a la realidad de las condiciones actuales, y exijo mi derecho a discutir abiertamente y dar mi opinión sobre la cultura, la sociedad y la política, e intentar expresar mis sentimientos personales. en mi blog, en Internet. La sociedad china actual no tiene moral, juicio propio, y la gente no está acostumbrada a asumir su responsabilidad. No está acostumbrada porque el mayor éxito de las sociedades totalitarias es hacer pensar a la gente que no es nada, que haga lo que haga nada va a cambiar".
El pasado martes 26 de mayo apareció en la casa de la madre de Ai Weiwei una visita: dos integrantes de los servicios secretos nacionales en civil, quienes de manera amable le pidieron a Ai Weiwei acompañarlos a “una charlita”. Según informaciones del abogado chino Liu Xiaoyan, esta es una practica común de intimidación para con los activistas en Derechos Humanos. Y es el primer paso para eliminar a los críticos indeseados, cuyas libertades sociales son coartadas inicialmente. Concretamente significa “enviarlo al campo”, como fué la regla bajo Mao Tse-tung.
Pero el pasado martes y a diferencia de muchos otros chinos el artista Ai Weiwei, hizo uso de su derecho constitucional para resistirse a participar de “una charlita”. Todavía más, después que los dos integrantes de los servicios secretos se negaron a mostrar su identificación y a hablar con claridad sobre la razón de su visita, Ai Weiwei se atrevió a informar personalmente a la policía de la situación. Aparentemente los oficiales conocían los hechos de antemano y procedieron a minimizarlos. Fue así como Ai Weiwei supo que ambos policías habían olvidado sus identificaciones. Ai Weiwei pidió levantar un acta para constancia de todo lo ocurrido pero una vez terminada esta, el artista se vió seriamente amenazado pues el policía hizo cerrar con llave la puerta de la estación. Ai Weiwei solo pudo salir tras insistir mucho con sus gritos de protesta. Pero esto no ha contribuido para que toda la situación se calme, al contrario, en todos los siguientes días han permanecido hombre!s de la policía secreta frente a la puerta de su estudio. Y lo hacen de manera evidente pues permanecen en autos parqueados.
Razón para tanto nerviosismo del régimen chino podría ser la conmemoración de los 20 años de los hechos en la plaza de Tianamen sucedidos el 4 de junio de 1989. En los textos de propaganda oficial se habla de tomar medidas para mantener la “ armonía de la sociedad”. Pero una fuente de Artnet en Pekín indica que el tema es muy sensible y difícilmente sería abordado de manera publica. Solo falta por saber si tras la conmemoración vendrán otras consecuencias.
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