
Homeland
(cualquier coincidencia es mera casualidad)
Juntos y revueltos La musa de la vanguardia y el spoken word, mano a mano con el rockero de leyenda; el pop del futuro de la autora de Big Science enfrentado a la tradición desfigurada por el ex líder de la Velvet Underground. «Creo que un espectáculo como éste es la única manera posible de conectar nuestros universos creativos -reconoce Anderson-. Si tuviésemos una banda detrás, en el escenario no se vería un espectáculo, sino lo más parecido a una guerra. La banda tiene tendencia a seguir al líder, así alguien tendría que ejercer como tal. Preferimos concentrar nuestras energías en hacer algo más abstracto. Además, éste es el tipo de música que adoro para el verano: un escenario al aire libre, canciones hermosas? Es un puro placer. Y es por eso por lo que hemos hecho esta gira en verano».
Quizá sea la formada por Laurie Anderson y Lou Reed una de las parejas más atípicas que se pueden encontrar hoy en día sobre un escenario. Y no solo porque Anderson reconozca que apenas había oído hablar de la obra del autor de New York hasta que le conoció personalmente en 1992, sino porque, tras casi dos décadas de convivencia, aún son capaces de sorprenderse el uno al otro. «Preparando este espectáculo he descubierto que Lou puede ser un músico peligroso, el tipo de músico que no sabes si hará exactamente lo que tienes planeado. A los músicos de su banda les encanta esta faceta, pero a mí es algo que me coge completamente desprevenida. También es muy músico muy generoso», asegura la artista.
Nadando a contracorriente y haciendo de la inquietud un arte, Reed y Anderson no sólo se relacionan en torno a la música, sino que comparten pasión por la tecnología y, sobre todo, por la poesía.
Quizá sea la formada por Laurie Anderson y Lou Reed una de las parejas más atípicas que se pueden encontrar hoy en día sobre un escenario. Y no solo porque Anderson reconozca que apenas había oído hablar de la obra del autor de New York hasta que le conoció personalmente en 1992, sino porque, tras casi dos décadas de convivencia, aún son capaces de sorprenderse el uno al otro. «Preparando este espectáculo he descubierto que Lou puede ser un músico peligroso, el tipo de músico que no sabes si hará exactamente lo que tienes planeado. A los músicos de su banda les encanta esta faceta, pero a mí es algo que me coge completamente desprevenida. También es muy músico muy generoso», asegura la artista.
Nadando a contracorriente y haciendo de la inquietud un arte, Reed y Anderson no sólo se relacionan en torno a la música, sino que comparten pasión por la tecnología y, sobre todo, por la poesía.
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